Nuestro modelo televisivo en el mercado doméstico de habla hispana es bastante sencillo- noticias y entretenimiento- y desde la perspectiva de los ingresos y los ratings, el entretenimiento es rey. La telenovela en horario estelar sigue siendo la cima de nuestro entretenimiento televisado, y con frecuencia utiliza las noticias para enmarcar sus relatos. Sin embargo, el tema de la vida es uno en donde no mandan ni los noticieros ni la política.
Ejemplo: La telenovela Eva La Trailera de Telemundo. No les voy a aburrir con un resumen de la novela excepto para decirles que, con pocas excepciones siniestras, es una telenovela casi de corte tradicional. En los momentos previos a este segmento, Eva (en actuación de Edith González) acaba de descubrir que su hija Adriana (Millie West) ha quedado embarazada como resultado de haber sido drogada y violada repetidamente por el maleante Andrés (Antonio Gaona), y pretendía tener un aborto. Esto es lo que Telemundo presentó a su teleaudiencia nacional tras estas revelaciones escabrosas:
Cabe señalar que la tal "Fabiolita" mentada en refutación a preocupaciones de que el bebé de Adriana nazca con alguna imperfección es la hija menor de Eva, cuyo padecimiento recae dentro del espectro del autismo.
Esta defensa férrea del valor y preciosidad y dignidad inherentes en toda vida humana- independiente de las circunstancias de su concepción- es el antítesis más puro a la asquerosa escena en "Scandal", en la cual se ejecuta un aborto con "Noche de Paz" como fondo musical. No es probable que veamos tal defensa de la vida en las contrapartes angloparlantes de Telemundo. De hecho, un personaje como circunstancias tales como las de Adriana hubiese sido convertida en la niña símbolo de un "informercial" para Planned Parenthood.
La política sigue empujando la narrativa pero la semana pasada Telemundo mostró que el entretenimiento sigue siendo rey- y que el entretenimiento escogió la Vida. Aplausos a Telemundo por respetar a su público en lugar de endilgarles una ideología liberal ajena.
NOTA: Gracias encarecidas a mi amigo y colega Daniel Garza por montar el vídeo y por ayudar a cubrir lo que no pude captar en la traducción del audio original.
